Por:Isabel Pérez Santana
De playa con la familia de mi hijo mayor. El padre de Abdiel, nos desplazamos Juán Dolio.
Todo aquel paisaje, tan sencillo y natural, invitaba a nadar sin límites. La profundidad de las aguas es como el turista las quiera. Hasta se puede navegar.
PERFIL desea transferir el deleite sano que se siente al visitar la playa de Juán Dolio.
En el disfrute de la sencillez que el lugar brinda al visitante y en encontrar la noticia para los lectores de PERFIL, nos llamó la atención una serie de lo que al parecer eran lapas petrificadas. Nos deslumbró el tamaño. nos imaginamos siglos de existencia de aquellas conchas y un mundo de ideas grandiosas, pues las conchas del supuesto molusco es, por lo menos, cinco veces su tamaño.
Continuamos con la recolección. En el proceso Dios me inquietó, acerca de otro tipo de caracol. Nos dejamos llevar por la inquietud, los lectores ya conocen la relación de este medio con Dios, y la inducción nos llevó a toda una cantera de almejas petrificadas. Los caracoles que les narré al inicio, sólo son poliperos.
Todo un rompeolas hecho de tierras que alvergan gran cantidad de almejas hechas piedras,en perfecta conservación, las tomé de dentro del hueco que habían formado en lo que a la época fue tierra, pero hoy es roca que sirve para hacer rompeolas.
Esa experiencia fue tremenda…bellísima.