Por Isabel Pérez Santana
Santo Domingo-17-3-10-RD
Cuando leemos las noticias que hablan de inversionistas extranjeros, lo primero que pensamos es en el espíritu de los paises de procedencia de los mismos, y de sus capitales.
El elemento origen es de vital importancia, porque ellos actuarán, en las ejecutorias de sus contratos, con el espíritu que les anima, con el cual han triunfado y logrado capitales, tanto los sustentadores de los contratos, como las finanzas con la cual se mueven.
La República Dominicana es una país afable y apacible. Amistoso. Amoroso. Con el corazón en las manos. Laborioso. Esforzado. Lleno de inforamación mediática.Con muchos deseos y derecho a una vida más elevada.
Este tipo de nación. Con ete espíritu. Necesita que su componente decisorio filtre cuidadosamente las culturas a incidir en su seno con rango de poder.
El paso (filtrar) requiere un conocimiento previo y profundo del pueblo, de su espíritu…de su perfil esencial, lividinal, básico. Necesita que los niveles de mando, en su amor por el mismo, se llenen de ese conocimiento, decidan tener la voluntad y comprometerse con la heroica tarea de defende nustra integridad.
Los gobiernos tienen el deber nacional de armarse de una batería de profesionales, académicos, investigadores, que le den información pertienente sobre el pueblo, los pueblos, las culturas aspirantes a insertarse en la nuestra para evitarnos sufrimientos como los ocacionados por los perros de presa de la BARRICK GOLD.
La cultura oriental es una cultura que cree en las agresiones físicas como solución a los problemas en una etapa de los mismos.
Las agresiones físicas las podemos recoger tambien en las zonas francas administradas por orientales. No es que no queremos a los orientales. Planteamos que conociendo el perfil de esa cultura y la nuestra, se tomen medidas efectivas para evitar estas manifestaciones contra nuestros ciudadanos.
Medidas legales preventivas y se eduque a los inversionistas sobre nuestro pueblo y se planten medidas legales protectoras, y se de seguimiento a piés juntillas. ¡Eso es extremo!. Eso es lo que necesita el pueblo dominicano y también los inversionistas.
En Estados Unidos de América nadie puede ir con semejante conducta sobre los trabajadores legales. No sólo por amor a los mismos, sino también por el país que ellos construyeron. Para hacerlo fuerte y sostenerlo de esa manera. ¡Fuerte!
Nuestros gobernantes no nos habían visto del modo que lo plantemos hoy en Perfil. Tenemos todos los componentes, sólo hay que organizarlos y aplicarlos. Hoy este medio informativo eleva su voz solicitando se establezca procedimiento de Estado para protección de los dominicanos, a los niveles necesarios.
En este tema somos pioneros, lo sabemos y no tememos. Tenemos un país libre y tenemos derecho a ser protegidos por nuestros gobernantes. Pero estos a su vez tienen la obligación de establecer los mecanismos suficientes para mantenernos íntegros.
Tenemos el Espíritu Santo de Jehová, Dios, y no queremos que ninguna cultura nos lo destruya, por rica que sea.¡ALELUYA! Este Espíritu es tan hermoso que hasta hizo llorar en público al presidente Fernández.
Es el mismo Espíritu con el cual descendió a la tumba el pontífice católico, su santidad Juan XX 111, y Juan Pablo segundo, el cual provocó que su agresor y consecuente de su muerte a ultranza dijera: «Porqué no lo maté», y que el mismo tío Juan Pablo segundo le visitara en la cárcel y amorosamente le diera su perdón. Igual que el doctor Peña Gómez.
El Espíritu de los dominicanos no es cualquier espíritu y no permitiremos que nos lo destruyan. Elevamos nuestra voz para que el gobierno nos defienda, pues cuando tenemos los brazos abiertos de para en par, y todo el globo cabe en nuestra bandera, alguien tiene que hacer de vigilante en los niveles correspondientes.